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Te decimos cuál es El lubricante ideal, para esa noche de pasión

Te decimos cuál es El lubricante ideal, para esa noche de pasión

El lubricante puede, a veces, marcar la diferencia entre un acto sexual difícil y hasta doloroso, y un momento inolvidable de pasión compartida. No sólo es una de las claves para una sesión sexual memorable, sino que pueden ser una inesperada ayuda para el placer… ¿Te animas a probarlo?

No, si la Madre Naturaleza lo tiene todo bien calculado: somos, en esencia, una maquinaria perfecta de reproducción, pero también somos, biológicamente hablando, una maravilla diseñada para el placer.

No solamente tenemos ese mecanismo ingenioso y perfecto que es la erección, la cual se logra mediante un creativo sistema de llenado de conductos que a su vez hacen crecer los cuerpos cavernosos, sino que, para que ese instrumento de los dioses llamado pene pueda entrar y salir sin problemas de la vagina, y también como un método de selección de los espermatozoides más fuertes, está la lubricación del canal femenino, mediante la excitación sexual.

La importancia de la lubricación

Los Mejores Regalos

El secreto de la lubricación está en la mucosa vaginal, donde existen unas glandulitas llamadas de “Bartholin”, por su descubridor, el médico holandés Thomas Bartholin, quien las encontró en 1677. Al venir la excitación sexual, o algún estímulo de fricción genital como el ejercicio, estas eficientes aliadas de la sexualidad segregan un líquido transparente y viscoso, que facilita muchísimo las cosas.

Y además, afrodisiaco

La lubricación vaginal tiene también la función de excitar al hombre a través de su olor, ya que libera feromonas, el más poderoso afrodisiaco natural que existe.

Cuando las cosas no se deslizan

Bien, el cuerpo humano es una maquinaria sofisticada y exquisitamente diseñada, pero eso no quiere decir que sea perfecto. Así como de pronto no se puede lograr la erección adecuada, así también hay ocasiones en que no existe lubricación vaginal, o bien se da en muy poca cantidad. Cuando esto ocurre, la sesión de sexo puede no resultar muy placentera, e incluso dolorosa para ambos.

¿Las causas? Diversas

Comencemos con las que se deben a falta de excitación sexual. El responsable de que funcionemos bien en el sexo es el hipotálamo, la estructura maestra que, ante los estímulos, ordena, entre muchísimas otras cosas, que las glándulas adecuadas liberen sus hormonas sexuales (estrógeno, testosterona) y ocurra la respuesta sexual. O sea que si el hipotálamo no quiere, pues no hay, y hazle como quieras. La falta de respuesta sexual puede deberse a:

1. Estrés o cansancio

Sí, los eternos enemigos de la sexualidad. Si ella está preocupada, cansada, con un montón de pendientes, o demasiado exhausta como para pensar en malabares en la cama, es difícil que logre excitarse, a menos que tú seas muy, muy paciente, y un amante experto capaz de seducirla y olvidarse de todo para subir contigo a las nubes.

2. Enfermedad

Si ella está negra de gripe, déjala en paz: su cuerpo está luchando contra el virus, y francamente no tiene tiempo ni ganas para distraerse en otras maniobras. Cualquier proceso infeccioso, incluso una mala digestión, o enfermedades mayores como la diabetes no controlada, afectan toda la respuesta sexual.

3. Medicamentos o drogas

Algunos fármacos, como los antidepresivos, los antigripales y los antihistamínicos, entre otros, inhiben la respuesta sexual. Y con ello, la lubricación. Es el caso también de otras drogas, como la marihuana, y desde luego, el rey de los inhibidores, que es el alcohol.

4. Problemas en la pareja

No esperes que ella suelte su miel como fuente si está enojada, resentida, furiosa o indiferente contigo. No todos los problemas se arreglan con el sexo, y de hecho, el sexo se desarregla cuando hay problemas.

5. Un hombre poco complaciente

A ver: si tú eres de los que apenas sienten un poco de humedad femenina y se van directo a la penetración, te tengo una noticia: cual más cual menos, la mujer necesita por lo menos 20 minutos a media hora de juego erótico previo (es decir, besos, caricias, tú sabes) para excitarse, tampoco tenemos un switch de encendido y apagado. Si no sabes excitarla, pues ella no se excitará. Obvio, ¿no?

6. FACTORES hormonales

Finalmente, tenemos otros factores para la falta de humedad, principalmente hormonales. La edad, por ejemplo. Después de la menopausia, cuando los ovarios dejan de producir estrógenos, el deseo sexual puede permanecer, pero el tema mecánico ya no puede funcionar tan bien.

Y, no olvidemos que no todas las mujeres

producen la misma cantidad de miel. Hay

algunas que producen muchísima, y otras

que casi no producen nada.

Sea cual sea el motivo, lo importante aquí

es que, para felicidad de los amantes,

existen unos productos llamados

lubricantes, específicos para combatir

este problema.

El lubricante ideal

Hay una gran cantidad de lubricantes en el mercado, para todos los gustos y necesidades. Algunos incluso vienen de colores y de sabores, aunque algunas mujeres sufren de cistitis o de alguna reacción alérgica al usarlos.

Antes de usar un lubricante por primera vez, deben aplicarse un poco en el pene y la vagina, para ver si no existe alguna reacción alérgica. ¡Mejor saberlo antes que después! Los mejores en este sentido, los lubricantes neutros, a base de agua, sin sabor, color ni aroma.

¿CUÁ ES EL TUYO?

Los lubricantes son de tres tipos: a base de agua, de aceite o de petróleo.

Lubricantes a base de agua

Ventajas. Son los más inocuos,  se limpian fácilmente, no manchan y son muy seguros para usar con un condón. Algunas parejas los aplican no sólo en la vagina, sino también encima del condón.

Desventajas. Si el acto sexual dura mucho, pueden secarse, problema que se soluciona aplicando más lubricante.

Lubricantes a base de aceite

Ventajas. Suelen ser a base de aceites naturales, y son seguros de usar, ya que no irritan la vagina (a menos que ella sea alérgica a la base aceitosa, como la oliva, el cacahuate, etc.).

Desventajas. Pueden manchar las sábanas y la ropa, hay que quitarlos usando agua y jabón y, el principal inconveniente: pueden dañar el látex del condón o del diafragma.

Lubricantes a base de petróleo

Son los que menos se recomiendan; están hechos a base de productos como el aceite para bebé (mismo que NO se debe usar como lubricante) o la vaselina. Pueden ser muy irritantes para la delicada mucosa vaginal, además de que tienen la capacidad de cambiar el PH, lo cual puede provocar infecciones.

Pasión y lubricantes

Ahora: los lubricantes pueden ser auténticas ayudas sexuales, no sólo por el hecho de facilitar la penetración y potenciar la sensibilidad, sino como parte del ritual erótico. ¿No lo crees? A ver, imaginemos…

Pones una pequeña cantidad de lubricante en tus dedos y comienzas a acariciarla en sus lugares más secretos. Tus yemas se deslizan fácilmente; juegas un poco con el clítoris y, después, la penetras con los dedos, sintiendo sus pliegues, explorando sus centros de placer, abriéndola para que te reciba.

Si introduces tus dedos empapados hacia la parte anterior de la vagina (hacia su vientre), y tocas con cuidado, quizás puedas encontrar, a unos cinco centímetros de la entrada, una pequeña protuberancia, como del tamaño de una lenteja. Se trata del punto G, fuente misteriosa de sensaciones intensas y de orgasmos apocalípticos… Fricciónalo suavemente y verás.

Ella sentirá más si está bien lubricada, y tú podrás penetrar tan profundamente como quieras. Incluso en aquellos momentos en que no se produce mucha miel, las caricias lubricadas pueden, y seguramente lo harán, desatar su apasionada respuesta sexual.

Lo demás, lo dejamos a la experimentación de ustedes como pareja. Créeme: el lubricante

puede, a veces, marcar la diferencia entre un acto sexual difícil y hasta doloroso, y un momento

inolvidable de pasión compartida.

Visita también: https://evolucion.media/salud/construye-mas-fuerza-en-tus-piernas-prueba-con-estos-movimientos-y-conquista-tu-mitad-inferior-de-una-vez-y-para-siempre/

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