El sistema nervioso, ¿es el responsable de la pérdida de peso?
El sistema nervioso, ¿el responsable de la pérdida de peso?
Un estudio del Instituto del Corazón y de la Diabetes Baker IDI de Melbourne, Australia, que será publicado en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, demostró que las personas con niveles más elevados de actividad nerviosa, son más propensas a perder peso con mayor facilidad; hallándose también que quienes perdieron peso con éxito, mostraron importantes aumentos en la actividad del sistema nervioso simpático (que regula el control de la tasa metabólica en descanso y el empleo de las calorías del consumo de comida, entre otras funciones), tras consumir una comida de prueba que consistía en carbohidratos.
FUENTE: Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism
Vitaminas para adelgazar
Pueden ser muchos los factores que influyen para bajar de peso. Uno de ellos puede ser tan sencillo como desconocido: la falta de piridoxina, mejor conocida como vitamina B6, que forma parte del complejo B y es hidrosoluble. La razón: es necesaria para convertir a los carbohidratos en energía, regular los niveles de azúcar en sangre, metabolizar las grasa, acelerar el metabolismo y regular el funcionamiento de la tiroides; y con el resto de las vitaminas que forman el complejo, regula la ansiedad y la depresión, y por lo tanto, el apetito. Consúmela en sardinas, pollo, arroz y pan integral.
El sistema nervioso, ¿es el responsable de la pérdida de peso?
Diferencias raciales y obesidad
Un estudio de la revista Applied Research in Quality of Life, realizado mediante un cuestionario aplicado en Estados Unidos, que examinaba la función física, la autoestima, la vida sexual, el distrés público y el trabajo, reveló que existen diferencias raciales en la forma en que el peso afecta la calidad de vida de las personas negras y las blancas que pesan lo mismo. Pues aunque en todas la calidad de vida se redujo a medida que el índice de masa corporal (IMC) aumentaba, las primeras tuvieron mejor autoestima que las segundas, ya que, por lo general, aceptan mejor un peso alto y están más preocupadas por las limitaciones física que les pueda causar su condición, que por la potenciales afectaciones psicológicas.
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