¿Cómo saber si está a punto de serte infiel? Te decimos los síntomas
Cómo saber si está a punto de ser infiel
La relación entre ustedes ha cambiado. Como que se ha enfriado, y tú no sabes qué pasa. De pronto, las cosas ya no son como antes.
Comienza a hablar “inocentemente” de otra persona. O sea, saca la bandera. Puede hablar muy bien o muy mal, pero constantemente. Desde luego, cuando le preguntas qué está pasando, te dice algo como: “¿Cómo crees? Solamente somos amigos.” O bien: “Es una compañero nada más, y tengo que verlo por motivos de negocios-trabajo-estudio”. Mjmmm.
La sientes lejana. De pronto se queda mirando a lontananza, como pensando. O, en general, sientes que su cuerpo está contigo, pero su alma en otra parte. Como si se hubiera retirado a un mundo al que no tienes acceso.
Está irritable. ¡Claro! Está que se muere de nervios!
Habla de que no sabe qué hacer con su vida. Indirecta para decirte que no está satisfecha.
¿Cómo saber si
ya es infiel?
Pone cualquier pretexto para no verte. De repente se llena de ocupaciones. O tiene que ir a cuidar a su abuelita, sí, el sábado. O le invitaron a un rancho unos amigos, y va a estar ahí todo el fin de semana. Vaya, suena a pretexto.
Descubres sus mentiras. Te dice que está en una junta, y tu mejor amigo se la encuentra en un restaurante con un hombre. O se contradice y cae en sus propios rollos mentirosos.
Está sospechosamente amorosa. En una forma que no es normal, porque nunca fue tan detallista, ni tan meloso(a). Claro, esto puede hacerte muy feliz, pero si tú te hueles algo. Pero no te engañes: su actitud extra amorosa puede deberse a que se siente culpable.
No te aguanta la mirada. Quiere decir que algo
trae. Aunque claro, puede ser un cínico o cínica de lo peor porque, créelo o no, hay quien piensa que ser infiel no tiene nada de malo.
Como ves, todos estos signos son bastante sutiles. Es difícil que de plano llegue oliendo a colonia masculina si es mujer, o con la camisa pintada de lápiz labial si es hombre, o que en el momento del orgasmo diga el nombre de otro. Esos son recursos que usan los novelistas; la realidad suele ser muy distinta.
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