Antes, era más común en los hombres; ahora, las mujeres entran cada vez más en el juego del engaño.
Los tiempos están difíciles, y no solamente para la economía, chicos. Las relaciones tampoco las están pasando bien, y las parejas felices y duraderas se están convirtiendo cada vez más en una auténtica rareza.
Será el temor al compromiso, será la onda “light”, será que, como dicen algunos oscuros retrógrados, las mujeres “abandonamos” el hogar y la respectiva olla de frijoles para lanzarnos al mundo laboral y nos dimos cuenta de que tenemos otras posibilidades de realización además de cambiar pañales y obedecer al amo del castillo. Será el sereno, o una expresión del nuevo milenio, pero lo cierto es que ahora todo está de cabeza.
El encanto de lo prohibido
Entre los problemas que hay en las relaciones, la infidelidad se lleva las palmas. Infidelidad en el sentido de salirnos de casa (o de la relación) para irnos a buscar en otras partes lo que no tenemos ahí (o sí lo tenemos, pero no queremos aprovechar).
Y, ya no es un asunto exclusivo o cuando menos privativo de los hombres. Las mujeres, nos dicen las estadísticas, tam-bién engañan a sus parejas, sólo que ellas lo hacen a la hora del súper, y ellos a la hora del antro. Ambos aprovechan la madrugada, también, cuando salen a hacer ejercicio. Sólo que se trata de ejercicio
¿Por qué somos infieles?
No se puede señalar una causa sola para la infidelidad. Es, para decirlo elegantemente, un fenómeno multifactorial o, mejor, multicausal. Por lo general, aunque no siempre, es un reflejo de que las cosas no están nada bien en la relación, o que el infiel en cuestión no está muy bien que digamos consigo mismo.
El hecho de que alguien se decida a poner el cuerno puede también ocultar otras cosas, además de problemas en la pareja. Por ejemplo, una baja autoestima y el resultante deseo de reafirmación.
Las causas
Los expertos señalan, entre otras, las siguientes como principales causas de infidelidad:
Insatisfacción sexual. Las mujeres como los hombres apreciamos un buen orgasmo, por lo que a veces tu pareja busca amor o sexo en otro lado porque tú no le das lo que necesita. Y si recibe atención de otro hombre quizá no dejará pasar la oportunidad. Así es señores. Las mujeres también queremos buena cama, así que si lo que quieren es fidelidad ya saben cuál es el mejor antídoto. Una mujer feliz no buscará a otro hombre.
Inseguridad en la relación. Motivo bastante común. No son pocas las veces en que alguien coloca florida cornamenta a su amor en turno con el único fin de hacer que su pareja reaccione, porque no tiene la seguridad de ser amado, o amada. Son los “picones” de los adolescentes, que en ellos están bien, pero que en los adultos pueden terminar en un divorcio que, entre otras cosas, sale bastante caro.
Reafirmación. El ego siempre es un mal consejero; y peor cuando
está aplanado.
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