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Conoce estos 5 errores sexuales comunes y cómo remediarlos

Conoce estos 5 errores sexuales comunes y cómo remediarlos

Al mejor cazador se le va la liebre. Muchas veces la prisa, la calentura, el estrés o un millón de factores hacen que falles en el sexo y eches un balde de agua helada a lo que un minuto antes era una hoguera ardiente. O, simplemente es tu forma de hacer las cosas, pero eso no significa que sea la mejor forma. Y, no nos referimos precisamente a la disfunción eréctil.

Las mujeres somos bastante distintas a los hombres, y no nada más por las diferencias obvias. Para nosotras el sexo va más allá de lo físico para adentrarse en terrenos profundamente emocionales, por ejemplo. Y muchas cosas que los hombres creen que nos excitan, en realidad nos dejan frías.

Son muchos los errores sexuales que pueden cometerse en la cama, o en donde esté teniendo lugar el tango. Para hallar un consenso, entrevistamos a 50 mujeres entre los 18 y los 50 años (las más expertas) con el fin de encontrar las cinco peores metidas de pata masculinas en esos asuntos y, lo mejor, cuáles son las alternativas. Te las pasamos al costo.

Los Mejores Regalos

1. Presionarla o chantajearla

para tener sexo

Mira: cuando una mujer dice no, es no. No te está diciendo que no cuando en realidad quiere decir sí, tampoco está loca. Y son muchos los hombres que se erigen en dioses ofendidos cuando la mujer se atreve a negarse, y empiezan a presionarla. Algunos incluso llegan a la fuerza lo cual, por cierto, es un delito que se llama abuso sexual, pero bueno.

El chantaje tampoco funciona, así que quita esos ojos de gato de Shrek. Y olvídate de frasecitas como “Ya no me quieres”, “nunca me complaces”, “si no aceptas esto es el final”, etcétera. Si ella cede a tu chantaje, lo hará a fuerzas y créeme, el sexo será bastante malo, además de que habrás creado un resentimiento que, más tarde o más temprano, te pasará la factura.

Solución: ¿Ella quiere y tú no? Bueno, pues tómala en tus brazos y acurrúquense a ver una peli o simplemente a platicar. Pocas son las mujeres que se resisten a un amoroso contacto físico con su hombre. Acaríciala sin fines bélicos y, ¿quién sabe? Quizás acabes obteniendo lo que querías. Porque la alternativa a la presión, es la seducción.

2. Ir demasiado rápido

Hay hombres que te acarician como si te estuvieran diciendo: “¡Vamos, excítate, excítate ya!” Y apenas sienten un poco de humedad en su pareja, van para adentro. No, no. Cualquier maestro oriental de sexo te reprobaría de inmediato. Y quizás ella también. Ten en cuenta que las mujeres necesitamos cuando menos media hora para excitarnos, así que vete con calma. Y otra noticia: el propósito de un buen sexo no es la penetración, sino el placer. Y éste se reduce muchísimo cuando te saltas todos los preámbulos.

Solución: Una de las mayores delicias del sexo es el juego erótico. Claro, la penetración es maravillosa, pero solo cuando ambos están completamente excitados y ella es una verdadera fuente. El camino hacia el orgasmo se recorre lentamente, con los labios, con las manos, con la lengua, con el contacto piel a piel. Así que tómate tu tiempo para excitarla y volverla loca. Porque la penetración es el fin, no el principio, de un memorable acto sexual.

3. Ponerle una película pornográfica

A ver, vámonos entendiendo. El mecanismo de excitación de los hombres se basa mucho en el aspecto visual. Por eso te excitas cuando ves una película pornográfica. Pero, a nosotras no nos pasa lo mismo. No somos tan voyeuristas como ustedes. De hecho, algunas mujeres se sienten incómodas o –peor- aburridas con las películas pornográficas, y el asunto se descompone todavía más cuando le pones la misma película siempre.

Para colmo, en muchas de esas películas, sobre todo las españolas, aparece una mujer con varios hombres. Eso, que para ti es excitante, para ella es degradante. Y el sexo entre lesbianas tampoco nos hace muy felices.

Sí puede haber mujeres que se exciten con las pornos, especialmente las muy jóvenes, y la experiencia es buena si la haces una o dos veces, pero… ¿siempre? ¡Qué flojera!

Solución: ¿Quieres que se excite? Desvístete frente a ella. ¿Quieres que se excite todavía más? Mastúrbate mientras ella te observa. Hay algo infinitamente erótico en la mano fuerte de un hombre que acaricia su propio pene. Ninguna película pornográfica va a lograr el efecto que tú puedes obtener mostrando y ofreciendo tu propio cuerpo. ¿Por qué crees que nos gusta tanto el sexo cibernético?

4. Hacerlo siempre igual

Sí, sí, ya sé que tienes tu técnica y que ésta involucra una rutina. Empiezas por ejemplo con un beso apasionado, la vas desvistiendo, y así. A la cuarta vez que lo haces, ella ya se sabe el numerito y, a menos que sea una persona que no puede vivir sin la rutina, acabará aburrida hasta las lágrimas. Porque ya sabe qué esperar y, de alguna manera, el sexo se convierte así en un cuadro en la pared, que es bonito pero nunca cambia.

Y, por supuesto, olvídate de hacerlo siempre a la misma hora, en el mismo lugar, el mismo día de la semana…

Solución: El sexo es como las películas de terror o, por cierto, las comedias, porque el mecanismo es el mismo: su encanto está en lo inesperado. Así que sé creativo, por favor. Hay mil y una formas de comenzar una relación sexual, un millón de formas de continuarla sin tener que irte siempre por el mismo camino. Así la mantendrás siempre expectante y excitada y dispuesta porque, simplemente, nunca sabrá qué esperar. ¡Y a nosotras nos encanta eso!

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5. Ladrarle órdenes

No estoy hablando de decirle, por ejemplo, con tu voz de terciopelo: “Así, eso me enloquece, un poquito más fuerte, un poquito más arriba” para luego cerrar la boca y dedicarte a disfrutar. No. Eso está bien, y es parte de la comunicación en el sexo. Me refiero a: “¡Aquí! ¡Aquí, te digo!” “¡Muévete, mujer! ¿Qué no sabes moverte?” “¡Así no, más despacio!” O sea…

Eres su amante, no su jefe. Y una de dos: o llegará el momento en que ella se sienta la peor amante del mundo, o se levantará de la cama (o de donde sea) y te dirá: “Mira, si sabes hacerlo tan bien, entonces háztelo tú”.

Creo que captaste el concepto, ¿no? Pocas cosas son más irritantes que un hombre que a la hora del sexo te ladra (ladra) órdenes como si te estuviera dando instrucciones para que estacionaras un coche.

Solución: Dí lo necesario, pero solamente lo necesario, dejando que la emoción de lo que sientes llegue a tu voz, y luego guarda silencio. O mejor, dirígela con tus manos, enséñale cómo te gusta. Tu cuerpo sabe hablar, déjalo que lo haga. Y si vas a usar la voz, vamos, dile cosas eróticas. ¿Cómo qué? ¡Bueno! ¿Que a ti hay que decirte todo?

La regla de oro

Un último consejo: por favor, por favor, por favor, no pongas al sexo en el último lugar de tus prioridades, ya que hayas terminado el reporte, hayas hecho esas llamadas, contestado tus mail, checado tus pendientes, cenado, digerido…

El sexo es ya

¿Porque sabes qué? Para todo lo demás, siempre hay tiempo. Pero el sexo, se merece su propio tiempo especial.

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