¿Será verdad que una actitud positiva es el mejor antidepresivo?
¿Será verdad que una actitud positiva es el mejor antidepresivo?
Imagina llevar una vida que parece no tener ningún sentido, sin consuelo, o que no ofrece ninguna recompensa, y todo por tu manera pesimista de pensar. ¿Te acuerdas de ese primer empleo que tuviste y que te permitía pagar la renta en aquella época en que ibas a la escuela superior? Tal vez limpiando mesas, lavando platos, repartiendo periódico o cualquier otra actividad lícita que te permitiera pagar tus deudas mientras conseguías terminar la carrera, para entonces conseguir un “trabajo de verdad”.La redención es el duro trabajo, porque el valor consiste en saber que una vez concluida tu carrera, te ganaste el derecho de tener un ingreso decoroso, haciendo un trabajo que te gusta y que te permite realizarte como persona y como profesional. ¿Pero qué pasa con esos hombres y mujeres que rebasan los 30 ó 40 años y todavía siguen atorados en ese tipo de trabajos que tú hacías como un preámbulo a tu carrera profesional? ¿Cómo pueden redimirse estas personas? ¿Cómo pueden compararse con el resto de la sociedad?
Cuando la imagen de ti mismo no es muy favorecedora
La mayoría de los doctores insisten en que los desórdenes emocionales, como la depresión, tienen que ver con la genética, esto significa que la bioquímica de tu cerebro sencillamente carece de ciertos químicos para que tú seas feliz, pero en ese caso, no hay nada que puedas hacer al respecto, porque la genética es un factor que viene determinado desde antes del nacimiento. Es mejor que en lugar de considerar que la depresión tiene una causa, quizá sea la actitud general del individuo la que con el tiempo provoca que el cerebro se acostumbre a estar deprimido.
Tal vez la depresión pueda quedar determinada también por la esperanza, la ambición y la imagen que el individuo tiene de sí mismo. Los sentimientos de esperanza, ambición y autoestima por lo general no se experimentan en términos egoístas, ya que la persona los siente siempre en relación a las personas que lo rodean (amigos, familiares, la comunidad y el medio). En otras palabras, solamente podemos aspirar a redimirnos en términos de otras personas, esto es, si nos sentimos igual de bien, mejor o peor que la gente que nos rodea.
El consumo de antidepresivos
Quizás te sorprenda leer esto, pero la verdad es que me sentí aliviado al escuchar en algunos reportes recientes, los hechos relacionados con la verdadera efectividad de algunos antidepresivos en el tratamiento de la depresión de moderada a severa.
El estado de ánimo siempre debe ser modificado primero por la conciencia, no por una píldora. Algunos tal vez tengan una influencia decisiva en el estado de ánimo, pero dejan de ser efectivos a largo plazo, a menos que de antemano se hayan tomado una serie de pasos para mejorar la imagen que la persona tiene de sí misma, bajo una perspectiva más positiva y desde la cual, pueda ocuparse de las cosas, en lugar de simplemente preocuparse por ellas.
Apenas puedo esperar a que llegue el día en que los científicos finalmente le quiten validez a la prescripción de antidepresivos, diciendo: “A caray, lo sentimos, cometimos un error.” Los tratamientos con antidepresivos simplemente alivian los síntomas, pero en realidad, lo que hacen es quitarle ánimos a los pacientes para que encuentren las soluciones adecuadas a los verdaderos problemas (que además se pueden resolver), simplemente mejorando la imagen de sí mismos. Las hierbas que se toman como antidepresivo, no resuelve la depresión, simplemente disimulan los efectos. La verdadera solución consiste en hacer una comparación más realista y benigna entre nosotros mismos, nuestras destrezas y aspiraciones, en relación con la gente que nos rodea. Imagina: trabajar toda
tu vida con una sola meta en mente, esto es, que tú seas más valioso a tus propios ojos. ¿Y después qué?
¿Y para quién?
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