¡Este es nuestro México, con sus grandes maravillas y para muchos todavía inexplorado!… El Paso del Diablo es simplemente impresionante. Escondido entre lugares peligrosos y casi inaccesibles de la Sierra, en pleno altiplano potosino, El Paso del Diablo es cosa de otro mundo.

Se encuentra cerca de Villa de Guadalupe. Es una gran subida que es todo un reto para los exploradores, senderistas y montañistas. Es un camino nada apto para quienes sufren de vértigo, o de miedo a las alturas por su peligrosidad.

Además, se necesita mucha resistencia, ya que es todo un recorrido de casi tres horas de ascenso, pero el paisaje es tan maravilloso que bien vale la pena realizar la aventura.

¿Pero qué es lo que oculta ese lugar tan paradisíaco? Casi en su cima está un acueducto y una serie de doce arcos gigantes tallados en la piedra maciza. Viendo esos arcos, a simple vista no parecen tener nada de extraordinario.

El Paso del Diablo es simplemente impresionante

Pero fueron construidos hace poco más de cien años, en plena efervescencia de la Revolución Mexicana en una época en la que no había la tecnología con la que contamos hoy. La roca fue tallada impecablemente a mano y sin maquinaria.

Además lo difícil e inaccesible del lugar no permite que se pueda trabajar haciendo esa obra. ¿Cómo le hicieron los constructores para hacer el acueducto de un lado al otro de la Sierra y que doce arcos lo sostuvieran firmemente?

La roca parece haber sido partida con herramientas muy modernas y no hay manera de que pudieran haberse sujetado en lo que trabajaban para no caerse… ¡A pesar de tener cien años, esta maravilla parece haber sido hecha recientemente!

Solamente unos tubos de acero pintados de azul fueron colocados en la década de los sesenta, en el inicio y en el final del acueducto para abastecer de agua a los poblados más cercanos.

El fondo del precipicio siempre está seco y pedregoso, pero en épocas de lluvias se llena formando una laguna que dura solo unos cuantos meses. Muchísimos mexicanos no conocen ese lugar por lo inaccesible que es.

El Paso del Diablo es simplemente impresionante

Pero hay quienes se aventuran a caminar a lo largo del estrecho acueducto y desafiando las alturas. En las rocas hay unas argollas y varillas de metal en las que pueden sujetarse mientras caminan para no despeñarse.

Esas varillas, argollas y hasta una cueva adaptada como un refugio, fueron puestas por los constructores hace cien años y hasta la fecha funcionan perfectamente. El agua del acueducto es clara, limpia y perfectamente potable.

¿Por qué se llama El Paso del Diablo? Porque el andar por el acueducto de 9 kilómetros de largo es una dura prueba pues hay medio metro de ancho entre la pared y el precipicio y hay lugares que tienen solamente 35 centímetros.

Hay momentos en que las grandes rocas que están sobre la cabeza bajan mucho que hay qué desplazarse casi a gatas, pero todo el esfuerzo vale la pena, ya que llega el momento en que la gente llega justo encima de los grandes Arcos.

Mirar el acantilado desde los arcos es algo pavoroso…

Toda una vista espectacular de la Sierra de Catorce aparece ante los asombrados ojos. Desde que se inicia el recorrido en suelo firme hasta ese punto habrán transcurrido aproximadamente unas tres horas.

Los Arcos Potosinos del Paso del Diablo son conocidos también como La Petra Mexicana porque recuerdan a Petra, las grandes construcciones en la roca en Jordania. Si usted quiere maravillarse con éste insólito lugar, vea éste vídeo: