Atrévete a amar de nuevo con estos útiles consejos

Todos hemos sido traicionados o lastimados por nuestros seres queridos de diferentes formas. Y sin importar si el dolor fue causado accidental o deliberadamente, luego nos volvemos naturalmente resistentes para abrirnos nuevamente. Ese deseo de no ser lastimados nos puede llevar a un extremo de miedo a la intimidad.

Hay quienes rechazan al amor por miedo a ser lastimados, lo que les impide relacionarse adecuadamente en pareja. Es entonces cuando es prioritario tomar ciertas acciones para sanar sus emociones.

“No eres tú, soy yo”. Es la frase que Laura había escuchado la noche anterior, durante su cena con Jorge, en un conocido restaurante de la ciudad. La relación no era nueva. Hace años habían sido pareja durante su época de estudiantes, pero el destino los llevó por caminos diferentes, hasta que se volvieron a encontrar y entablaron nuevamente una relación sentimental que no prosperó. ¿Qué es lo que los llevó al rompimiento, a pesar del cariño mutuo que sentían y de esa química tan especial que había entre ellos?

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Temor a la intimidad emocional

Según la psicóloga y educadora canadiense: Laurie Pawlik-Kienlen, el miedo a la intimidad se presenta en el mundo adulto, y se relaciona con resistencia para abrirse y revelarse internamente, quizás porque se nos ha lastimado en el pasado. O, si se creció en ambientes emocionales y sociales cerrados y nunca se aprendió a ser vulnerables con amigos o parejas, luego se puede tener dificultad para abrirse. Esto es el miedo a la intimidad emocional.

Señales de posible miedo a la intimidad

• Sostener deliberadamente información personal ante la pareja.

• Sentir ira e incomodidad cuando tu pareja u otras personas te expresan sus pensamientos y sentimientos.

• Retirarte cuando otros te dicen lo que sienten, con el fin de protegerte a ti mismo.

• Ejercer la auto crítica y la crítica a otros, lo cual revela tu miedo a establecer cierta intimidad.

• Enviar la señal de falta de afecto a tus seres queridos para ocultar el miedo que sientes de intimidar emocionalmente con ellos.

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Rompiendo barreras

El miedo a la intimidad es diferente al miedo al compromiso. “Puedes estar casado y no conocer a tu pareja emocional, intelectual o espiritualmente. Esa soledad marital proviene del temor a la intimidad en uno de los miembros de la pareja o en ambos”, señala la psicóloga. Por ello, considera que la base más fuerte de una relación íntima es una buena amistad, y manifiesta que en el caso de quienes son amigos o amantes (o ambos) se requiere de tres elementos para que se desarrolle una relación fuerte y sana, a fin de que pueda disminuir el temor a la intimidad:

1. Autenticidad

Tus sentimientos coinciden con tus palabras y acciones. Si te sientes furioso o traicionado, te expresas con palabras y acciones (recuerda que 90% de la comunicación es no verbal, lo que significa que aunque no se hable, los sentimientos, las acciones se revelan por sí solas). La autora sugiere que se usen frases como: “Me siento triste porque esperaba verte allí”, o “Estoy furioso y frustrado porque confiaba en que llevarías la ropa a la lavandería pero no lo hiciste”. En lugar de esconderte detrás del miedo a la intimidad, hay que salir de ello y revelar lo que sientes.

2. Comunicación

Una apertura mutua se produce cuando ambos comparten sus experiencias personales diarias. “Se abren al mismo nivel, por ejemplo, ambos discuten las experiencias de haber sido traicionados en el pasado… o ninguno lo hace. Se encuentran en el mismo nivel en términos de cantidad y clase de experiencias personales y pensamientos que se revelan. Si no se da la apertura mutua, entonces la relación no tendrá un balance, porque uno de sus miembros ha abierto su corazón mientras que el otro lo ha escondido. Este miedo a la intimidad puede reducirse simplemente a hablar de ello”, anota la experta.

3. Honestidad

Lo ideal es hablar sobre lo que está sucediendo en sus vidas: cómo se sienten realmente y qué piensan. Aquí ambos revelan al otro lo que es importante para cada uno, y con ello se construye la confianza en la relación. No se vale usar juegos como esperar que tu pareja te lea la mente o lanzar indirectas en lugar de decir lo que realmente quieres decir. Se puede mantener un cierto temor a la intimidad pero se lo admite con total honestidad. “Mientras se alimente el temor a la intimidad durante más tiempo, será peor y más difícil será salir de ello. Hay que enfrentar ese miedo y tomar la decisión de subirse a ese tren compartido, que implica una vida más amplia y profunda”, señala la experta.

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