¿Y si este año compartes tus uvas?

En este preciso momento, justo cuando me dispongo a escribirte, estoy pensando que me encuentro a tan solo unos días de cumplir uno de mis propósitos del año 2023, no consumir ninguna bebida gaseosa azucarada, y haciendo cuentas estoy a punto de lograrlo. ¿Y si este año compartes tus uvas? Me siento feliz, orgullosa y pienso que puedo continuar ese cambio, ese hábito saludable, por mucho más tiempo. Y al mirar atrás hacemos recuentos, a veces positivos y a veces negativos, de todos aquellos propósitos o metas que nos planteamos año con año, ya sea a través de la tradición de las uvas, de una carta o simplemente de las acciones que emprendemos cuando comienza un nuevo ciclo. En esta ocasión, deseo retarnos juntos a compartir esos propósitos y esos cambios positivos, con alguien más, que al final por supuesto repercutirá también de forma favorable en nosotros mismos. Te invito a reflexionar con la siguiente frase:

“Todos los días tenemos que pensar qué comida vamos a comprar, qué ropa vamos a comprar, cómo nos vamos a mover. Hay tantas formas en que podemos marcar la diferencia… ya sea comprando productos orgánicos, cultivados localmente, cultivando nuestros propios alimentos, quemando menos combustibles fósiles, o simplemente decidiendo cómo gastamos nuestro dinero. ¿Lo gastamos todo en nosotros mismos o donamos para hacer del mundo un lugar mejor?”[1]

Florence Reed

¿Y si este año compartes tus uvas?

Los Mejores Regalos

Algunos ejemplos sencillos de cambios que podemos hacer día con día este próximo año nuevo son:

Todos los alimentos frescos como frutas o verduras, no los compres empaquetados. Siempre ve al supermercado con tus propios recipientes y bolsas reciclables para guardar lo que adquieras.

Decide cargar con una botella pequeña en tu bolso, para poder rellenar constantemente cualquier bebida que vayas a consumir fuera de casa, reduciendo así el desperdicio de plásticos y envases.

Seca tu ropa al aire libre. A pesar de las mejoras en la eficiencia energética, las secadoras de ropa siguen consumiendo mucha energía. Incluso si vives como yo, en un departamento pequeño, existen tendederos portátiles que nos ayudan a que abriendo de par en par las ventanas, la ropa se seque. Y qué crees, hasta nos favorecemos del aire libre.

Donar y reutilizar. Seguramente has escuchado la frase “lo que es basura para unos es tesoro para otros”. Antes de desechar o tirar algo, cuestiónate si eso sería útil para alguien más. Por ejemplo, en el caso de la ropa, buscar grupos para intercambio de prendas o bazares de segunda mano, contribuye al planeta y a la economía.