¡HALLARON LA TUMBA DE SAN NICOLÁS, MEJOR CONOCIDO COMO SANTA CLAUS!
Todo mundo conoce a Santa Claus, el personaje que ha traído regalos en Navidad a millones de niños de muchísimas generaciones.
Un equipo de arqueólogos realizaron un impactante descubrimiento: Santa Claus no solamente es un personaje simbólico, sino que… ¡Realmente existió!
La tumba de San Nicolás se encuentra en el interior de una iglesia en Turquía, en la región de Antalya. Ahí, sus restos han estado depositados desde hace casi dos mil años.
San Nicolás fue un hombre muy bueno y dadivoso, al grado que la iglesia lo canonizó y tiene altares en toda Asia Menor, Italia y Grecia. Decían que él era como ‘un pan del cielo’ y todo mundo lo quería.
El invierno, en tiempos de fuertes heladas y muy cerca de la Navidad, salía a la calle y se ponía a regalar juguetes a los niños y cobijas para los desamparados.
Con el tiempo su fama, y aunado a que era considerado un santo, se incrementó de tal manera que poco a poco se fue convirtiendo en Santa Claus, o Papá Noel.
Como sabemos, en el siglo XX fue la Coca Cola quien lo caracterizó con su traje rojo, su rostro bonachón, su gran gordura y su bigote y barba característicos. Disney y varios medios estadounidenses lo lanzaron a la fama mundial.
Más después de casi dos mil años de su nacimiento, los arqueólogos encontraron su tumba original, lo cual es muy importante para reforzar la tradición del personaje.
¿Pero quién fue San Nicolás? Según el Vaticano, San Nicolás fue un obispo en Turquía, que nació por el año 270 después de Cristo. Fue un niño de clase acomodada.
Siendo muy joven, donó sus pertenencias a la caridad para convertirse en un monje. Con el tiempo se convirtió en un sacerdote muy misericordioso y altruista.
La gente lo amaba por ser muy bueno. En toda Europa se extendió su fama, lo que le permitió peregrinar a Palestina y Egipto, y llegó hasta el Vaticano. Vestía una humilde sotana verde y llevaba un costal lleno de regalos.
En algunos lugares, ya le rendían culto por su don de caridad, y todavía en vida lo empezaron a venerar. Dados sus méritos, al poco tiempo de fallecido la iglesia lo hizo santo.
Murió en el año 343 después de Cristo. Su tumba se quedó en Myra, su lugar de nacimiento. Comenzaron las peregrinaciones porque la gente decía que sus reliquias eran milagrosas.
Cuando el Imperio Romano adoptó el cristianismo se incrementaron mucho las peregrinaciones para venerar a San Nicolás. El emperador Theodosius II ordenó la construcción de una basílica dedicada al santo.
Sus restos fueron exhumados y sacados de Myra.
Fueron llevados a una nueva tumba. Hasta el siglo XI sus restos se exhibieron como reliquias sagradas en la Basílica de San Nicola, que estaba en Bari, en Italia.
En Las Cruzadas los marineros se llevaron parte de sus restos a Venecia, al Monasterio de San Nicoló al Lido. Tuvo fama de detener tormentas y auxiliar a los navegantes. Así, sus restos quedaron desperdigados por toda Europa.
Por ello, nadie sabía cual era la verdadera tumba de San Nicolás, o si tenía varias en lugares distintos.
Varios templos dicen tener la verdadera tumba. El más reconocido era la Basílica di San Nicola en Bari, donde se le rinde culto a la figura del santo.
Pero los arqueólogos, por medio de la genética, acaban de descubrir el lugar donde está la mayoría de los restos. La tumba y el sarcófago de San Nicolás están en la base de un fresco que representa a Jesús, en la iglesia de Antalya.
Excavaron los cimientos y ahí los encontraron, para ello tuvieron qué levantar el suelo de mosaico, que fue diseñado en el siglo IV.
Fue ahí donde los investigadores lo hallaron, al pie de un altar en la iglesia en Antalya. El mármol que cubría la tumba tenía inscritas las palabras: ‘Como gracia’.
El misterio de la tumba de San Nicolás se había resuelto después de tantos siglos. Ahora los padres podrán decirles a sus hijos que Santa Claus verdaderamente existió…
